Un día el gobernador romano Galba convocó a los guerreros lusitanos que se oponían a la conquista romana y les ofreció Paz y tierras para cultivar si entregaban las armas ante estas promesas, acudieron alrededor de 30.000 lusitanos desarmados.
A pesar del acuerdo, los romanos querían deshacerse de Viriato, y por eso, sobornaron a algunos embajadores lusitanos en el 139 a.C. Contrató a Audax, Ditalco y Minuro para que lo asesinaran. Al volver al campamento, le mataron mientras dormía. Luego fueron al campamento romano a cobrar la recompensa, pero el cónsul Servilio Cepión, ordenó su ejecución, con la famosa frase de: «Roma no paga a traidores».
La historia de pisarse unos a otros...
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